Habían dos veces que un
avestruz compró chinchetas.
La primera vez fue por que la
nuera de la tía del hijo de la abuela del sobrino de su madre le dijo que las
coleccionaba, y por no perder la herencia, (esta señora avestruz poseía un
magnifico acordeón silvestre), decidió comprarle una gran caja tetraédrica
rellena de chinchetas de color magenta para hacerle la pelota. Era un tanto
difícil encontrar estas chinchetas por la sabana africana, así que el avestruz
decidió llamar a un astronauta para hacer un gran hoyo en el suelo y así poder
felicitarse mutuamente.
La segunda vez fue para
metérselas dentro de la cama.
FLAN
Probablemente estés flipando,
no es de extrañar, pero es curioso lo que puede llegar a hacer la imaginación
con los conceptos que ha abstraído la inteligencia. Combinarlos de forma que no
tengan sentido alguno pero si en nuestra cabeza (si se hace el esfuerzo). En
cambio, no podemos imaginar algo que no sea partir de cosas que ya existan. Si
te fijas en el texto, no hay nada que escrito que te puedas imaginar de por sí
solo, que no sea a partir de conceptos ya existentes, excepto cuando uno se
encuentra rastreando un ovni desde el columpio de... Ya me calmo.
Juan Luis R
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