Quién
no a perdido el tiempo alguna vez con los miles de tipos de fuentes que existen en Word. Probarlas todas y no decidirse por
ninguna, todos nos preguntamos porqué existirá tanta variedad.
Muchas de ellas son casi iguales, como “Comic Sans MS” y “Chalkboard”,sin embargo, los de Microsoft se
molestan en diferenciarlas, cada una con un nombre distinto, de lo mas absurdo. También hay fuentes que escriben caracteres rarísimos como hgffg, y que no creo que hayan sido usadas por nadie en un texto en
serio en toda la historia mundial. Como diría
alguien que yo me sé, “Este hecho me hace pasar noches de insomnio”
El caso,
es que toda esta cultura de los tipos de fuentes proviene nada más y nada menos
que del mismísimo Steve Jobs (que en paz descanse), que
decidió incorporar esta idea en su primer Macintosh, y que posteriormente fue
vilmente plagiada por Microsoft, como el fundador de Apple indica en su
famoso discurso en La Universidad de Stanford.
En fin, todo esto
viene a cuento de que (hora de inventarse alguna relación de esto con la
filosofía) podemos encontrar la belleza en las cosas más simples, el ser humano es el
único que hace cosas que no sirven para nada, el único que se curra los
detalles para que todo quede mejor, no por utilidad, si
no por estética,
no hay otro ser vivo que busque la belleza en sí misma. Los
pavos reales exponen su plumaje con el único fin de
atraer la atención de las hembras, lo mismo se puede decir de las flores, pero
el hombre simplemente la busca por apreciarla.
Curioso este hecho,
Juan Luis R
No hay comentarios:
Publicar un comentario